El 1 de octubre del 2001, es la fecha en que termino de leer un libro del terapeuta napolitano Walter Riso, titulado “Intimidades Masculinas” (1999). No pude resistir la tentación de compartir gran parte de lo que había encontrado en aquel formidable libro y resumí lo más que pude los puntos que más me impactaron para enviarlo por correo electrónico a una lista de mis amigos del Coro Estudiantil y algunos ex compañeros de la oficina. Creo que es ahí donde empieza mi afición por compartir por la vía electrónica mis conocimientos y experiencias de navegación. Lo titulé “Espejos y Música”. Luego les comento por qué. Ahora les comparto in extenso el contenido de aquel e-mail.
Hola a todos.
Acabo de terminar de leer el libro del Dr. Walter Riso de título “Intimidades Masculinas”(*), y sentiría una gran deuda con ustedes si no compartiera algún contenido de sus paginas, a modo de citas textuales con ustedes que son mis amigas y amigos. Comenzamos:
-Introducción
“Muchos hombres desean volver a las fuentes originales del poder masculino, que no se alimenta de la explotación y la imposición sino de una profunda humanidad compartida. La liberación masculina no es una lucha para obtener el poder de los medios de producción, sino para desprenderse de ellos”.
-El paradigma de la fortaleza masculina
“La fortaleza física no es una cualidad intrínseca y determinante de la masculinidad, ni mucho menos. Si el varón reduce su hombría a los músculos, reemplazara el pensamiento por el sudor, y eso si que es grave”. “Para ser varones no tenemos que colgarnos de los pulgares, ni rompernos la espalda levantando pesas, ni soportar estoicamente las angustias y asumir el papel de un decadente Rambo, un imperturbable Hombre Marlboro o un atlético e insípido Sansón”.
-Sobre la pugna afectiva interior del varón y la falsa incompatibilidad entre agresión y ternura.
“Los datos son irrefutables: la mayoría de los niños varones que han sido golpeados pasan a ser golpeadores cuando son adultos, y no me estoy refiriendo solamente al ataque a las mujeres, sino también a la violencia entre hombres, que es mucho más frecuente”.
-Sobre el miedo a estar afectivamente solo
“Al contrario de lo que generalmente se piensa, el asiduo visitador de burdeles, además de sexo, también suele buscar afecto. La prostituta, cuando es verdaderamente profesional, no solo tiene relaciones sexuales con su cliente, sino que literalmente lo ama, lo cuida y lo contempla mientras dure el convenio”.
“Pese a que muchos hombres viven solos y parecen adaptarse adecuadamente a ese rol, el proceso psicológico que debe elaborar el varón para llegar a aceptar su soledad afectiva es muy complejo, e indudablemente más difícil de procesar que el de la soledad femenina. Las estadísticas muestran que el hombre separado no es capaz de disfrutar de su soltería por mucho tiempo. Un sentimiento de ansiedad lo empuja a buscar nueva compañera para tapar rápidamente la vacante. Por desgracia, este acelere lo puede llevar nuevamente a equivocarse: otra vez la que no era.
Cuando un hombre propone e incita la separación de manera segura y reposada a su esposa, pueden ocurrir dos cosas: o es un varón muy superado o tiene otra. Mi experiencia profesional me ha enseñado que la segunda opción es la más probable. Aunque la incapacidad para divorciarse se debe a muchas causas (por ejemplo culpa, sentido de la responsabilidad, amor por los hijos, problemas económicos), realmente la mayoría de los hombres es cómoda y la separación, por definición, incomoda. El varón no suele saltar al vacío porque perdería sus principales fuentes de afecto, seguridad, placer y conveniencia, es decir, hijos, sexo, comida y muchacha de servicio; el paquete entero, con calor de hogar. Por tal razón, muchos varones funcionan con el principio de Tarzán: No soltarse de una liana hasta que no se tenga la otra bien agarrada. Cuando un hombre se va de la casa casi siempre tiene algo seguro a que aferrarse, aunque a veces puedan ocurrir “atascamientos afectivos”. Algunos “tarzanes” quedan colgados de dos lianas, inmóviles y quietos, con cara de “yo no fui”, atrapados entre dos mujeres”.
-Vales por lo que tienes
“Mientras las mujeres suelen competir entre ellas mas por lo que son, la mayoría de los varones rivalizan mas por lo que tienen.” “No sabemos manejar ni disfrutar el tiempo libre: o nos aburrimos o nos sentimos culpables”.
-La sexualidad masculina
“Para ser amigos de las amigas, o viceversa, no necesitamos despojarnos de la sexualidad que define el propio genero. Ser amiga de un varón implica correr el riesgo de un piropo, un chiste o algún comentario con “olor a hombre”.
“…la regla queda definida de la siguiente manera: el hombre entra por el sexo, y si encuentra lo que le gusta, llega al amor; si no es así, se devuelve. La mujer entra por el amor, y si todo va bien, llega al sexo. Cuando la cosa funciona, nos encontramos en la mitad del camino”.
“Ser amigo de una mujer es entrar en contacto con su feminidad y no con un ser angelical asexuado, por eso es “amiga” y no “amigo”.”
“Ser amiga de un varón es reconocerlo como tal, como una amalgama de sentimientos masculinos entrelazados, donde el sexo puede estar en un cuarto o quinto plano, casi imperceptible, pero “vivito y coleando”. “Una sexualidad masculina digna se refiere a una sexualidad que respete la integridad psicológica, tanto del varón como de la mujer. La sexualidad, cuando es digna, no envilece ni corrompe a nadie, porque no genera apego”.
Espero que hayan disfrutado de esta lectura, si consiguen el libro, aunque sea prestado, sé que le sacaran el jugo a este interesante material sobre nuestro genero. Buen provecho.
Consejo? Cómpre el libro!
MG