En 1996, cuando apenas unos pocos amigos se habían dado cuenta que tenía unos cuantos poemas escritos en un cuaderno de hojas amarillentas, recibí uno
El despacho digital de Mario Grullón Damián
En 1996, cuando apenas unos pocos amigos se habían dado cuenta que tenía unos cuantos poemas escritos en un cuaderno de hojas amarillentas, recibí uno