En un pequeño, muy pequeño cuarto de un gran hospital, con caras de pabilos, como si las cenizas ocultaran su tristeza, un pequeño grupo entretejía
El despacho digital de Mario Grullón Damián
En un pequeño, muy pequeño cuarto de un gran hospital, con caras de pabilos, como si las cenizas ocultaran su tristeza, un pequeño grupo entretejía